Libertad

Habíamos decidido comernos el mundo. Esa última mañana nos despertó un aroma exquisito, un vaho a caldo. Alguien cocinaba y silbaba gozosamente en nuestra cocina, con aire victorioso.
Nos dejó probar aquella sopa de ojos, pero nunca pudimos verla.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la idea de hacer algo así. Yo, en mis años mozos, también pertenecí a otra tertulia, en el París de los años setenta. Allí conocí a Melchor Echeparegorda, un argentino que hacía las veces de coordinador de la tertulia. Luego le perdí el rastro. Sé que se aventuró en el mundo del periodismo extremo, haciendo entrevistas a siniestros personajes. La mayoría de sus entrevistas están prohibidas en casi todos los países, pero alguna de ellas es posible visionarlas por ahí, en el ciber espacio.(Si alguno de ustedes sabe algo de él, les agradecería la información)

Saludos y el mejor de los deseos en su proyecto.

Salvador Rocamadour. Ex tertuliano.

TORO SALVAJE dijo...

Que bueno tu relato.

Y perdona, pero que bueno ese peón sangrando. Impactante.

Os deseo que lo paseis muy bien.

Besos.

letras de arena dijo...

Felicidades por empreder un nuevo proyecto que se plantea tan interesante. El microrelato es muy bueno.
Suerte para todos los "Ninja"

Tomás Duhalde dijo...

Me siento honrado de formar parte de este grupo de seres brillantes color fluor pero de ese tipo verde...

José Ignacio García Martín dijo...

Las musas se multiplican... buena noticia.
Añadiré esta dirección al itinerario de mis paseos peatonales.

Anónimo dijo...

Lo que vosotros teneís es hambre, sí.