"... desde la infancia que lo conozco a Melchor, sí. Siempre fue bastante inteligente, pero sentía una necesidad tremenda de arruinar los momentos, de comportarse como un loco, ¿entendés? Creo que en su diario el habla de Don Alejandro... sí, lo íbamos a ver seguido al viejo. Cuando sucedió aquello no lo pude creer, pero ahora que lo conozco mejor... no sé, Melchor no está loco, ése es el problema. Aquella tarde mirábamos al viejo trabajar, como siempre... y de repente, puf, el pibe agarra la tijera y se lanza sobre Don Alejandro. Empezó a cortarle los pelos de la nariz con una rabia, "yo le voy a cortar todos los pelos", gritaba. Pobre Don Alejandro, enseguida empezó a sangrar... creo que tuvieron que operarle la nariz más de una vez..."

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